El martes 23 de mayo Benort Social S.L. volvió a confiar en El Caminante y su Sombra para realizar una excursión de senderismo con el Centro de Mayores de Pinto «Santa Rosa de Lima».
El lugar escogido fue el Espacio Natural Protegido del Soto del Henares, vulgarmente conocido como los Cerros de Alcalá, lugar que queda más cerca de Pinto que la Sierra de Guadarrama y, también, un lugar casi desconocido para el senderista no alcalaíno.
Se trata de un paraje espectacular de areniscas y conglomerados que el río Henares y las lluvias han ido labrando con el paso del tiempo: barrancos, cárcavas, cuevas y hasta alguna chimenea de hadas podemos encontrar en este lugar tan cerca de la «civilización».
La única pega fue que el día se presentó caluroso y no pudimos cambiar la excursión a tiempo, porque, eso sí, sombras hay pocas. De modo que el agotamiento apareció en alguno de los miembros del nutrido grupo de valientes que nos acompañó por este singular «desierto». La idea era seguir el curso del Henares hasta las excavaciones arqueológicas de Alcalá La Vieja, fortaleza musulmana del s. XI, aunque existen restos de ocupaciones vetonas, romanas y cristianas pre y post-musulmanas. Posteriormente subiríamos hasta el Ecce Homo para después bajar por el Barranco Salobre.
Sin embargo, poco después de Alcalá la Vieja, antes de laúltima subida al Ecce Homo, aparecieron los primeros signos de agotamiento, de modo que decidimos partir el grupo en dos, uno que se volvería por el mismo camino que habíamos hecho y otro que continuaría haciendo la ruta circular hasta encontrarse con el primero.
No obstante tampoco esto fue posible, pues volvieron a darse casos de agotamiento entre los miembros del segundo grupo. Nuevamente modificamos la ruta: subiríamos con los más fuertes hasta arriba y volveríamos a buscar a los que nos esperaban descansando.
Según los participantes el principal problema fue el calor y, dada tal condición atmosférica, que hubiéramos empezado a las 10:00 de la mañana. Sin embargo, el horario ya dependía de los autobuses. A veces las condiciones nos obligan a «modificar» la programación sobre la marcha. En realidad no se trata de una modificación, sino de tomar opciones ya programadas para estos casos que a veces se producen. Afortunadamente tales casos no fueron graves (pues les obligamos a parar) y regresaron por su propio pie.
Al final hubo merecido refrigerio en La Gran Pulpería de Alcalá y, a tenor de las caras de los participantes, una divertida experiencia más que contar a los nietos.
Os dejamos con unas fotos de la excursión y otras del recorrido completo.
