La vida te ofrece una oportunidad […] pero cuando eres demasiado cobarde o indeciso para aprovecharla, la vida recoge sus cartas, hay un momento para hacer las cosas y para abrazar una felicidad posible, ese momento dura algunos días, a veces unas semanas e incluso unos meses, pero sólo se presenta una única vez, y si quieres rectificar más tarde es simplemente imposible, ya no queda sitio para la esperanza, la creencia y la fe, subsiste una resignación suave, una piedad recíproca y entristecida, la sensación inútil y justa de que podría haber ocurrido algo, de que sencillamente uno se ha mostrado indigno del don que le acaban de hacer.

Michel Houellebecq, El mapa y el territorio, Ed. Anagrama,
pág. 220.

Bueno, quizás Houellebecq exagere un poco (como es su costumbre) y pueda presentársenos más de una oportunidad, quizás no con la misma persona, como es el caso de esta novela, pero sí con otras y lo suyo sería aprender de los errores pasados para no cometerlos de nuevo.

 

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