Van Gaal, siempre positivo.

«Conviene observar que, al ordenar nuestros pensamientos e imágenes, debemos siempre fijarnos en lo que cada cosa tiene de bueno, para, de este modo, determinarnos siempre a obrar en virtud del afecto de la alegría». (Espinoza, Ética, V, prop. X, escolio).

Es un clásico en la literatura de autoayuda y en las charlas de café ante una situación negativa aquello del «hay que buscar lo positivo». Mas no por tratarse de sabiduría popular o de psicología «barata» la recomendación deja de tener validez; ya hemos visto que del asunto también trató Espinoza en el siglo XVII. Profundicemos un poco más:

1.- Emociones

Cuando se nos presenta una situación considerada adversa o dañina para nuestra persona o para nuestros intereses lo primero que experimentamos es una serie de emociones o sensaciones que pueden ir desde la tristeza a la ira, pasando por el miedo. Estas emociones en principio no tienen por qué ser negativas, simplemente son. Y son el producto de esa situación en nosotros, su reflejo en nuestro interior.

Lo negativo es su persistencia. Es normal sentir tristeza ante la muerte de un familiar; es normal sentir miedo, asco e ira ante un despido. Pero la persistencia de esas emociones en nosotros, pasado un plazo relativamente razonable, se convierte en un bloqueo, algo que no nos permite superar la situación, algo que nos estanca.

La emoción nos sorprende, nos coge desprevenidos sin que podamos hacer nada por evitarlo, pues depende de muchos factores y sobre todo de una cierta estructura neuroendocrina configurada a lo largo de toda nuestra vida y a través de nuestras experiencias. Sin embargo, contra la persistencia de la emoción sí podemos actuar. Mas para ello hemos de cambiar el foco o cambiar de perspectiva.

2.- Razones

Y ese cambio de perspectiva consiste, precisamente, en «buscar el lado positivo» de aquello que nos entristece o nos enfurece. Para ello es necesario pararse a analizar la situación, un análisis que requiere de cuantos más elementos o aspectos mejor. Pues a mayor cantidad de aspectos a tratar más relativo se hace el punto de vista que nos bloquea.

Si estamos tristes o enfadados porque un amigo ha discutido con nosotros (y lo ha hecho sin razón aparente) deberemos buscar una posible causa, deberemos mirar qué hemos hecho nosotros para que haya podido pensar mal. Es más, aunque no se nos ocurra tal causa, el mero plantearse esta posibilidad genérica nos cambia el talante para poder entablar una conversación con nuestro amigo en la que se puedan aclarar las cosas. Quizá no sea éste un ejemplo de buscar el lado positivo, pero sí de cambio de perspectivas, es decir, no nos quedamos en la simple discusión, sino que vamos más allá, retrocedemos a sus posibles causas.

Si hemos tenido un accidente y estamos en casa con la pierna escayolada de poco vale lamentarse y deprimirse por el tiempo que vamos a perder de trabajo, de deporte, de actividades, etc. Habrá que buscar lo que podemos hacer para ocupar ese tiempo de un modo lúdico o productivo. Podemos tomárnoslo como un período de descanso, un período de lecturas atrasadas, un período para pensar…

Si nos han despedido tampoco nos sirve de mucho el quedarnos en casa deprimidos pensando en qué va a ser de nosotros y de nuestra familia, de nuestros hijos… Ser despedido hay que verlo como una oportunidad para ocupar el tiempo (el que nos deje la demanda contra la empresa) en un sin fin de actividades, desde la urgente búsqueda «activa» de trabajo a las actividades lúdicas (si nos ha quedado prestación por desempleo o tenemos unos ahorros), las formativas (para encontrar un nuevo empleo) e incluso las empresariales (crear nuestra propia empresa); tiempo para dedicarlo a la familia, etc.

Y si hemos cometido un fallo o hemos tenido un fracaso que no podemos enmendar y que no tiene objetivamente nada de positivo siempre lo podremos considerar desde el aspecto «subjetivo» del conocimiento y la perspectiva del pasado/futuro, es decir: ante este fracaso, qué enseñanzas he obtenido, qué he aprendido que me sirva para no volver a cometer ese error en un futuro.

Se suele decir que una crisis (término tan de moda últimamente) es un tiempo de cambios y de oportunidades. El término crisis procede del griego «kríneín», que significa cribar, separar, analizar. En una crisis económica se criban las empresas y sectores y se quedan sólo las válidas para el siguiente ciclo. En una crisis personal se criban las costumbres de una persona dejando las que sirvan para una nueva fase (o adoptando nuevas); pero esa criba suele ser un producto consciente de análisis sobre la vida de uno mismo.

Resumiendo, se podría decir que debemos analizar las situaciones (en busca de los aspectos positivos) a lo largo de dos ejes cruzados: las relaciones personales, yo-otros, y las relaciones materiales, yo-cosas (entre ellas el dinero, gustos, actividades, trabajo). Y una vez encontrados los aspectos considerarlos desde el punto de vista cognoscitivo (aprendizaje obtenido o por obtener) y temporal (pasado/futuro).

3.- Voluntad

Es este último punto también de vital importancia para salir del estancamiento: las decisiones que adoptemos de cara al futuro. Porque las más de las veces no basta con ver las causas y las soluciones a un problema. Hay que ponerse a solucionarlo: «el movimiento se demuestra andando». Y es que (ya lo hemos dicho en otras pinceladas) las emociones no cesan con el simple cambio de perspectiva, éste es el momento inicial de un movimiento, de un conjunto de (nuevas) actividades en cuya inmersión, poco a poco, irán desapareciendo nuestros anteriores sentimientos negativos, siendo sustituidos por los aspectos positivos y ahora sí efectivos (no simplemente posibles) de nuestra «nueva» vida.

Pero para ello, no nos vamos a engañar, hace falta fuerza de voluntad, voluntad de seguir adelante, voluntad de vivir: «La mayor gloria no es nunca caer, sino levantarse siempre» (Nelson Mandela).

Levantarse siempre, con razones o sin ellas, aunque siempre será más fácil con ellas. Pero es que casi siempre es necesario levantarse para ver con qué se ha tropezado.

Mandela

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2 comentarios en «Buscar lo positivo»

  • Yo soy yo y mi circunstancia… como se dice vulgarmente.
    A este post hay un par de cosas que querría añadir. Los sentimientos que se nos presentan, son fruto del:
    – Aprendizaje. En nuestra etapa infantil cuando estamos aprendiendo emocionalmente a manejar el mundo que nos rodea, personas allegadas a nosotros nos muestras cómo debemos comportarnos.
    – Negación. Nadie tiene la culpa de nada, sólo tratamos de explicar la situación que nos rodea. Y cuando la simplificamos para poder asimilarla sacamos unas conclusiones generalmente erróneas.
    Buscar lo positivo equivale a no caer en la desesperación. Pero buscar lo positivo equivale a tratar de maquillar la verdad para que se nos haga más digerible cuando a veces, sencillamente, no lo es.

  • “Si vas a intentarlo, ve hasta el final, de lo contrario, no empieces siquiera. Tal vez suponga perder novias, esposas, familia, trabajo, y quizás la cabeza. Tal vez suponga no comer durante tres o cuatro días; tal vez suponga helarte en el banco de un parque; tal vez suponga la cárcel, tal vez suponga humillación; tal vez suponga desdén, aislamiento. El aislamiento es el premio; todo lo demás es para poner a prueba tu resistencia. Tus auténticas ganas de hacerlo. Y lo harás. A pesar del rechazo, además de las ínfimas probabilidades. Y será mejor que cualquier cosa que pudieras imaginar. Si vas a intentarlo, ve hasta el final. No existe una sensación igual. Estarás solo con los dioses y las noches arderán en llamas. Llevarás las riendas de la vida hasta la risa perfecta. Es por lo único que vale la pena luchar.”

    Charles Bukowski

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