Senderismo Centros Educativos

El día 9 de marzo guiamos a un grupo de 90 escolares de 4º y 5º de primaria pertenecientes al CEIP «Francisco de Quevedo» de Alcalá de Henares. La excursión fue programada desde el Dpto. de Educación Física y se trataba de recorrer andando un trayecto de 6 km con 300 m de desnivel: desde La Herrería a las lagunas del Castrejón, en Zarzalejo.

Quedamos en la Ermita de la Virgen de Gracia, en el bosque de La Herrería, un bosque formado fundamentalmente por robles, arces de Montpelier y castaños, por lo que, en esta época de finales de invierno, las hojas todavía no habían brotado.

Debido a diversos problemas logísticos nuestras previsiones de hora de salida no se cumplieron, de modo que en un principio desechamos la ruta más larga (lo importante de una buena programación es tener distintas opciones para tomar una u otra en función de las circunstancias).

Comenzamos a subir hacia la Silla de Felipe II donde realizamos la primera parada para que los alumnos pudieran contemplar el paisaje con el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y las nevadas cumbres de Guadarrama al fondo. También pudieron tomar su merienda del recreo.

Posteriormente reanudamos la marcha siguiendo el sendero GR-10 en dirección al Collado de Entrecabezas. Realizamos otra parada al abandonar La Herrería, antes de comenzar la subida al collado. Durante este segundo tramo ya hubo varios rezagados, alguno de ellos con principio de mareo, de modo que tuvimos que sopesar la posibilidad de volver hacia atrás y hacer la travesía por la finca de los Ermitaños. El guía de cola, que era el que iba con los últimos y el que había hablado con ellos sugirió que podíamos seguir hacia arriba, que paso a paso llegarían. De modo que tras la segunda merienda continuamos el camino.

Senderismo Centros EducativosEste tercer tramo era el más empinado de todos y el que más tardamos en realizar, pero al final les esperaba a los alumnos una curiosa sorpresa: el esqueleto de una res. Muchos de ellos no habían visto un hueso en su vida y preguntaban si eran de verdad. Otros directamente hacían el troglodita con ellos. Les explicamos a qué partes pertenecían cada uno de los huesos. El calor hacía ya tiempo que estaba apretando y alguno de los chicos subía sofocado, otros habían acabado ya sus reservas de agua.

Pero solo había que continuar bajando unos cinco minutos por la vertiente sur para encontrarnos con la Fuente de Entrecabezas, cuyo chorro ocupaba toda la sección del caño. Eran las 13.30 y había que comer. El resto era ya sólo bajada.

Sin embargo las previsiones se torcieron al poco de reanudar la marcha, pues la estrecha senda que bajaba desde el collado hasta la Estación cruzaba un barrizal que tardamos bastante rato en pasar uno a uno… Y éramos 90. El calor seguía apretando y las fuerzas ya estaban mermadas; cuando eso ocurre se presta menos atención y el cuerpo reacciona más tarde; si a ello le añadimos que el camino tenián pendiente con piedras sueltas, arena… Las caídas fueron frecuentes y los pinchazos con zarzas y enebros también. Todo ello, sin embargo, no mermó la moral de los chicos y chicas: a la menor oportunidad salían corriendo cuesta abajo.

Estábamos ya saliendo de Zarzalejo Estación hacia las lagunas, quedarían unos 500 m. cuando ocurrió algo inesperado: una niña tropezó y al apoyar la mano en el suelo se dislocó un dedo. Tras una rápida valoración de la situación decidimos trasladarla al hospital de El Escorial: rápidamente el segundo guía fue a por el vehículo que habíamos dejado por la mañana temprano en Zarzalejo, recogió a la niña y a su tutora y se fueron.

Entre unas cosas y otras nos habían dado las 16:00 horas, así que fuimos a avisar a los autocares para que nos recogieran en el pueblo. Dejaron al primer guía en el hospital y continuaron su viaje hacia Alcalá.

En el hospital le colocaron el dedo a la chica, pero al hacerle la radiografía vieron que había una fisura, de modo que hubo que esperar al traumatólogo, que estaba operando, durante hora y media. Después le pusieron una férula, nos dejaron ir y llevamos a la niña y a la profesora hasta Alcalá.

Y aquí se acaba la historia, pero no deja de sorprendernos la fortaleza física y moral de la chica que en ningún momento soltó una lágrima, sino todo lo contrario, siempre con una sonrisa y una madurez nada común en alguien de 10 u 11 años. Un abrazo muy fuerte para ella.

Os dejamos con algunas fotos del día.

 

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