Dado que se trata de caminar y hablar, previamente a la sesión acordaremos, via telefónica o informática, el lugar y el itinerario, así como una idea general sobre el tema a tratar.

El itinerario lógicamente dependerá del nivel físico del cliente, pero también del tipo de asesoramiento o entrenamiento: un asesoramiento más filosófico que físico requiere un caminar más pausado (con posibilidad de hacer paradas para tomar notas), un camino algo más ancho con espacio suficiente para que dos personas caminen a la par, etc. Un entrenamiento más físico puede realizarse en caminos con mayor desnivel o mayor dificultad.

Durante la sesión el cliente planteará sus dudas o problemas y nosotros haremos que tome conciencia de las distintas perspectivas filosóficas desde las que afrontarlos para que él posteriormente asuma la que más se adapta a su propia filosofía personal, aunque lo más probable es que la causa del problema esté en alguna contradicción interna de dicha filosofía personal, de modo que lo que habrá de hacer será reestructurarla o, habiendo tomado conciencia de la contradicción, aprender a vivir con ella.

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Política de confidencialidad

Los temas tratados en las sesiones tienen un carácter privado y estrictamente confidencial, de modo que el asesor filosófico se compromete a no revelar ni usar la información proporcionada por el cliente, salvo que dicha información sirva para evitar daños al propio cliente o a terceros.